La retinopatía diabética es una de las principales causas de ceguera en el mundo y la causa número uno dentro de la población productiva (18 a 64 años).
Esta enfermedad, como lo dice su nombre, es una consecuencia de la diabetes tipo 1 o 2 fuera de control. Los problemas de visión se presentan cuando el daño a los vasos sanguíneos ocasiona hemorragias intraoculares o edema macular.
En la fase más avanzada se forman nuevos vasos sanguíneos en el ojo que pueden romperse y sangrar, causar glaucoma neovascular o incluso desprender la retina. Todas estas complicaciones pueden dejar secuelas visuales de por vida.
La retinopatía diabética es una enfermedad irreversible y asintomática en etapas tempranas lo cual la hace sumamente peligrosa. La mejor forma de combatirla es la prevención con buenos hábitos alimenticios y actividad física, además de visitas constantes al oftalmólogo.
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