Recibir un diagnóstico de glaucoma puede resultar abrumador, a menudo acompañado de ansiedad e incertidumbre.
Es crucial reconocer que la realidad de tener glaucoma puede no manifestarse en cambios notables en tus ojos. Muchas personas diagnosticadas con glaucoma no experimentan síntomas inmediatos, lo que hace difícil aceptar el diagnóstico como real. A pesar de esto, seguir tu plan de tratamiento es esencial. Incluso si la enfermedad parece esquiva, seguir los medicamentos recetados puede desempeñar un papel significativo en prevenir síntomas y pérdida de visión.
Así es un proceso de aceptación después del diagnóstico positivo a glaucoma:
1. Confirmación de glaucoma
La confirmación de tu diagnóstico de glaucoma puede ser difícil de digerir, especialmente si te sientes bien. Sin embargo, es esencial comprender que la ausencia de cambios notables en tus ojos no disminuye la realidad de tener glaucoma. Seguir tu plan de tratamiento diligentemente, incluso cuando la enfermedad parece imperceptible, puede contribuir a prevenir síntomas y preservar tu visión.
2. Perspectiva para la visión
La buena noticia es que, con el tratamiento adecuado y citas de seguimiento regulares, el riesgo de quedar legalmente ciego es notablemente bajo. Permanecer comprometido con las citas de oftalmología y los tratamientos recetados es un factor crucial para salvaguardar tu vista. Por el contrario, los casos no diagnosticados o no tratados presentan el mayor riesgo de pérdida de visión.
3. Opciones de tratamiento
Para aquellos diagnosticados con glaucoma de ángulo abierto primarios, generalmente hay tres opciones de tratamiento: gotas oftálmicas, terapia láser y cirugía. El tratamiento inicial a menudo implica medicamentos diarios en forma de gotas para reducir la presión ocular, aunque pueden causar efectos secundarios como ardor o visión borrosa. La cirugía láser (trabeculoplastia), realizada en el consultorio del médico, ayuda al drenaje del líquido del ojo para reducir la presión. El tratamiento láser puede usarse solo o en combinación con gotas oftálmicas.
Si la terapia láser y las gotas no son suficientes, tu médico podría recomendar cirugía tradicional para el glaucoma, como la trabeculectomía o el implante de tubo de derivación. Estos procedimientos, realizados en un quirófano, crean un nuevo canal de drenaje para que el líquido salga del ojo. Algunos pacientes pueden recibir cirugías más recientes y menos invasivas llamadas cirugías mínimamente invasivas para el glaucoma (MIGS). Tu oftalmólogo te ayudará a determinar la mejor opción de tratamiento según la progresión individual de tu enfermedad, la tolerancia a las gotas y otros factores.
4. Monitoreo del progreso
Uno de los desafíos del glaucoma es su naturaleza asintomática en las primeras etapas. Los pacientes a menudo no sienten cambios en la presión ocular ni notan la pérdida de visión hasta que la enfermedad ha avanzado. Las visitas regulares de seguimiento al oftalmólogo, generalmente programadas de dos a cuatro veces al año, son vitales para monitorear la presión ocular, evaluar la visión periférica, verificar la salud del nervio óptico y realizar ajustes necesarios en el plan de tratamiento.
5. Tratamiento a largo plazo
Mientras que algunos pacientes pueden lograr un control duradero del glaucoma con un solo medicamento o tratamiento láser, la mayoría requerirá tratamientos adicionales con el tiempo. La presión ocular tiende a empeorar con la edad, y es necesario monitorearla de por vida.
6. Posibles impedimentos a la visión
El glaucoma grave puede provocar puntos ciegos en la visión periférica. A pesar de seguir los tratamientos y asistir a las citas de seguimiento, es posible que no notes la pérdida de visión, incluso si ocurre. A medida que progresa la enfermedad, muchos pacientes notarán puntos ciegos en su visión periférica.
7. Comprender las causas del glaucoma
Si bien no hay una causa universal del glaucoma, muchos pacientes heredan una combinación de genes que aumentan el riesgo de daño ocular por glaucoma. Otros factores, como el uso prolongado de esteroides, lesiones oculares, etnia (africana, hispana o asiática), presión ocular elevada, diabetes, migrañas, hipertensión, mala circulación sanguínea u otros problemas de salud que afectan todo el cuerpo, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar glaucoma.
8. Estilo de vida y progresión del glaucoma
Aunque algunos factores que conducen al glaucoma pueden estar fuera de control, adoptar un estilo de vida saludable puede influir en la progresión de la enfermedad. Evitar fumar, grasas saturadas y el exceso de alcohol y cafeína puede ser beneficioso. Si bien es importante mantenerse hidratado, ten en cuenta que consumir grandes volúmenes de líquido de una sola vez puede aumentar la presión ocular. La higiene del sueño es importante: si crees que puedes tener apnea del sueño, programa una cita para ser evaluado. Estudios han demostrado que la apnea del sueño no tratada puede empeorar el glaucoma. Dormir con un ojo contra la almohada o el brazo también se piensa que empeora el glaucoma.
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Fuentes:
AAO
https://www.aao.org/eye-health/tips-prevention/common-questions-concerns-glaucoma-diagnosis