El glaucoma es una enfermedad ocular que puede dañar irreversiblemente el nervio óptico e incluso provocar ceguera en los casos más graves. Existen cinco tipos principales de glaucoma con características y riesgos diferentes cada uno.
- Glaucoma de ángulo abierto: es el más común, suele ser asintomático hasta etapas muy avanzadas.
- Glaucoma de ángulo cerrado: si el ángulo de drenaje del ojo se bloquea, se presenta este tipo de glaucoma, el cual causa un aumento repentino en la presión ocular, acompañado de dolor, enrojecimiento y visión borrosa, situación que requiere atención médica de urgencia.
- Glaucoma congénito: es una condición rara que se manifiesta en el nacimiento o durante la infancia; puede ser hereditario y afectar a un ojo o a ambos. Sus signos y síntomas incluyen ojos más grandes de lo normal, nublados y llorosos, así como mayor sensibilidad a la luz. La cirugía es una alternativa exitosa de tratamiento, ya que los pacientes infantiles que la reciben a temprana edad no suelen perder la visión permanentemente.
- Glaucoma secundario: es resultado de alguna otra enfermedad ocular o bien, del uso prolongado de ciertos medicamentos y su tratamiento dependerá de la causa subyacente, el normal-tensión es un tipo de glaucoma de ángulo abierto en el que la presión intraocular no es alta cuyas causas aún no se aclaran del todo, pero que podría estar relacionado con problemas de flujo sanguíneo en el nervio óptico.
- Glaucoma de tensión normal: es un tipo de glaucoma en el que la presión intraocular (PIO) está dentro del rango normal, pero existe daño nervioso La enfermedad progresa lentamente y puede conducir a la pérdida irreversible de la visión si no se trata.
En las primeras etapas del glaucoma de tensión normal, es posible que no haya síntomas perceptibles.
A medida que avanza la enfermedad, la persona puede experimentar visión borrosa gradualmente, dificultad para ver con poca luz y pérdida de la sensibilidad al contraste. En etapas posteriores de la enfermedad, puede ocurrir pérdida de la visión periférica o lateral (también conocida como visión de túnel).
Síntomas del glaucoma
Los síntomas del glaucoma varían en función del tipo y de la gravedad del padecimiento; sin embargo, es importante resaltar que, en sus primeras fases, suele ser asintomático. Conforme progresa pueden manifestarse una visión borrosa, y cierta pérdida de la visión periférica.
Además de visión borrosa, el glaucoma agudo de ángulo cerrado puede causar dolor intenso en el ojo afectado, enrojecimiento, náuseas y vómitos, por lo que te recomendamos buscar atención médica inmediata si experimentas estos síntomas.
El glaucoma congénito puede ser difícil de detectar en los bebés, pero sus síntomas pueden incluir ojos llorosos, sensibilidad a la luz y nubes en la córnea. Si observas alguno de estos síntomas en tu bebé, programa una visita al oftalmólogo pediátrico cuanto antes.
Factores de riesgo
El glaucoma puede dañar la visión antes de que se manifieste el primer síntoma, por lo que es importante conocer qué factores pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo como un primer paso para su prevención, detección y tratamiento oportunos:
- A mayor edad, mayor riesgo de presentar glaucoma
- Antecedentes familiares de glaucoma
- Uso prolongado de corticosteroides, presentes en algunas gotas para los ojos
- Presión intraocular elevada
- Miopía
- Haberse sometido a cirugía ocular
- Padecer diabetes, hipertensión arterial u otros problemas cardiovasculares
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