La mayoría de las enfermedades oculares en recién nacidos no son detectables a simple vista por lo que una revisión más profunda realizada por un especialista es fundamental para detectar de manera oportuna y prevenir problemas visuales en niños. En particular aquellos con antecedente de prematurez, para evitar el desarrollo de enfermedades visuales potencialmente graves como la retinopatía del prematuro.

¿Qué es el examen de tamiz visual neonatal?

El examen de tamiz visual neonatal es un estudio detallado que no sólo detecta enfermedades oculares en niños que pueden dañar su visión permanentemente. También puede ayudar a diagnosticar padecimientos que tienen su primera manifestación en los ojos.

El especialista responsable de realizar un examen de tamiz visual neonatal es el oftalmólogo pediatra. Diversas enfermedades oculares que se presentan en la infancia tienen tratamiento, por lo tanto el diagnóstico temprano puede evitar retrasos en el desarrollo motor, lingüístico, emocional, social y cognitivo del niño.

¿Cuándo es recomendable hacerlo?

En bebés sanos es recomendable llevar a cabo esta revisión durante el primer mes de vida.

En bebés prematuros este examen es prioritario y es muy importante realizarlo entre las primeras dos y cuatro semanas de vida del recién nacido ya que mientras más prematuro sea el bebé y menor sea su peso, mayor será el riesgo de que padezca algún grado de retinopatía del prematuro (ROP).

El examen de tamiz visual también se puede realizar en niños más grandes que no tengan antecedente de prematurez; además, se recomienda hacer revisiones de seguimiento en los niños sanos a los tres y cinco años.

¿Qué es la retinopatía del prematuro?  

La retinopatía del prematuro es la primera causa de ceguera infantil en México y se presenta con más frecuencia en bebés nacidos en una etapa gestacional muy temprana.

Los vasos sanguíneos de la retina finalizan su desarrollo durante las últimas semanas antes del nacimiento, pero en un bebé prematuro este desarrollo no se completa totalmente y esto provoca un crecimiento anómalo de vasos sanguíneos en la retina, la capa de células sensible a la luz que recubre la parte posterior del ojo y que convierte los estímulos luminosos en los estímulos químicos y nerviosos que se dirigen al cerebro donde se interpretan las imágenes produciendo la percepción visual.

Tratamiento de la retinopatía del prematuro

Si se diagnostica al recién nacido con esta enfermedad, es necesario darle seguimiento periódico hasta que los vasos sanguíneos anormales desaparezcan por sí solos o sean tratados adecuadamente.

En sus primeras etapas esta enfermedad ocular no requiere tratamiento, pero si avanza existen dos opciones para tratarla: intervención con láser para eliminar los vasos sanguíneos anormales o inyección intravítrea de antiangiogénicos. El objetivo del tratamiento es evitar que la enfermedad progrese a su etapa avanzada en la que se produce desprendimiento de retina en ambos ojos. Una vez en esta etapa final de la enfermedad el pronóstico es sombrío, esto puede evitarse con la valoración oportuna.

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Fuente: Academia Americana de Oftalmología.